Este libro, con un marcado carácter integrador, supone una decidida apuesta por un enfoque psicosocial (el sujeto-con-los-otros) en el estudio de la delicuencia intentando superar aquellos acercamientos, parciales y fragmentarios, que han caracterizado este campo de trabajo (delicuencia como un fenómeno exclusivamente individual vs. Delicuencia como fenómeno eminentemente social). La familia (apego, técnicas disciplinarias, supervisión...) , los amigos (afecto, patrones conductuales y formativos) y la empatía (afectiva y cognitiva) del joven constituyen los principales argumentos de esta fusión entre lo "personal" y lo "social". Además, este trabao, haciéndose eco de las nuevas sensibilidades de la Criminología contemporánea, "escucha" a los jóvenes delicuentes con la seguridad de que sus viviendas y/o historias vitales resultan esenciales no sólo para comprender más y mejor sus conductas, sino también para planificar medidas preventivas adecuadas.