Política, dinero y periodismo han perdido los papeles de su relación. Los tres poderes manejan España en un revoltijo ladino que rompe los límites propios y corrompe el mensaje de los medios. Una grave impostura de la que muy pocos hablan en público y sin embargo ocupa la mente de una sociedad civil dolorida y atónita. Nuestro periodismo político está más sucio que nunca: conglomerados de la comunicación que se venden al mejor postor y mercadean con la noticia, diarios que toman partido estricto sin proclamarlo, cuadros dirigentes que hacen del oficio una cuestión de dominio, ilustres cronistas que predican al dictado de sus amos ideológicos, redactores acomodaticios o esclavizados por la crisis y sus estrategas, reporteros que infectan el discurso social de espectáculo de feria, internautas pseudoperiodísticos que implantan un neoterrorismo dialéctico de grueso calibre o juegan a cocinitas políticas, siempre a costa de maltratar la verdad... El autor se sirve del ensayo y de la crónica de los lances más crispados y sectarios de la batalla política española para poner en evidencia un secreto a voces: el negocio hipócrita de los traficantes de realidades amañadas. Una delicada andadura -y no precisamente de puntillas- por el fango fétido poblado de una fauna urticante. De su mano vamos a entrar en un campo de minas plagado de intereses espurios, vanidades explosivas, sumisiones indignas y mentiras incendiarias. ¿Se atreven a acompañarnos?