José María Millares Sall (1921-2009) es quizá el último de los poetas redescubiertos con los que se cierra el panorama de la poesía española del siglo XX. La reedición en 2008 de su primer libro, Liverpool -que vio la luz por primera vez en 1949-, le traería de nuevo, después de cincuenta años, a ocupar un lugar de preeminencia en la atención crítica y en la consideración por parte de las más jóvenes generaciones de poetas. Este renovado interés por su obra propició que un año después apareciese Cuadernos 2000-2009, que, nuevamente, amén de arrojar más luz sobre la poesía de Millares Sall, acrecentaría el interés por el conjunto de su creación. Dicho interés no quedaría solo en intenciones; así, en 2009 le fueron concedidos el Premio Nacional de Poesía, por su libro Cuadernos 2000-2009, y el Premio Canarias de Literatura, máxima distinción de las letras canarias. Con la publicación póstuma de Krak, en 2011, se confirmó el aprecio y consideración crítica de la que ya gozaba su obra en la perspectiva de la poesía española contemporánea. Entre la abundante producción que quedó inédita, se encuentran los textos que conforman este No-Haiku, esa otra cara de la moneda, esta vez referida a la tradición japonesa, de la que José María Millares Sall hace su personalísima exploración creativa. No-Haiku son las marcas y el testimonio de un camino místico y «apenas susurrante» en el que el poeta persiguió, con el entramado de su lenguaje espiritual, «escuchar» la luz, pero no «traducirla».