Águeda y Egidio han tenido vidas casi opuestas y ?¿por qué no decirlo??, por ende, complementarias. Por eso, cuando un día se encuentren en la terminal internacional de Barajas, todo puede suceder, incluso el amor. Nuestro mundo no es de este reino es, sobre todo, una historia de amor: de amor en el sentido más amplio del término, de amor humanísimo y, también, de misticismo religioso, de amor entreverado de dolor y de muerte, porque el amor del que habla Amando de Miguel en esta novela no es un amor extemporáneo o utópico, sino un amor cotidiano y verdadero.