Una sorprendente voz emerge en la literatura mexicana. Una escritora que, destilando las soledades y la magia de los desiertos de Sonora, es capaz de emocionarnos con los sentimientos y las vidas de dos mujeres enfrentadas cara a cara en el momento de la verdad. ¿Qué decirle a una madre en la noche de su muerte? ¿Cuáles serían las últimas palabras que se le dirían a una hija antes de morir? La vida aparece irónica: la madre muere poco a poco; mientras, la hija la cuida como médico, repasa su propia vida y recuerda las historias que su madre le contaba sobre sí misma. Una hija que siempre ha deseado ser huérfana y una madre que vivió una niñez de abandono y desamor. En una prosa tensa, se entrelazan las voces de dos mujeres, se confunden los reclamos con las dulces palabras, se muestra la relación entre una madre amorosa y ausente y una hija indiferente e implacable. En una noche se reconstruye la historia familiar: triste y dolorosa, ajena y cercana a la vez, con tantas sorpresas y secretos por descubrir. En una noche la ausencia completa el rompecabezas y libera a los personajes de sus ataduras. La historia va tejiendo sus tramados: el choque generacional, la lucha entre el dolor del abandono y el deseo de abandonar, el impulso de ambas mujeres por la libertad y las decisiones que cada una toma en sus vidas. Y de telón común, el tormento de una pregunta a resolver: ¿Qué las ata a la familia?