El volumen cuatro de La Crónica de Leodegundo transmite la primera mitad de una biografía legendaria -la del conde Piniol-, en un tiempo convulso como pocos. La narración arranca en la terrible y decisiva batalla del río Orón a las puertas de Navarra y prosigue con la revolución del Arrabal de Secunda en Córdoba o con la epopeya de la conquista de Alejandría y Creta por los andalusíes expulsados por el emir Al-HakamI. El autor también muestra aquí cómo derrocaron los hijos del emperador Ludovico Pío a su progenitor y dieron al traste con el unificador legado de Carlomagno, o cómo la primera expedición del viquingo Ragnar sembró el caos en el reino de Asturias y Galicia. El lector tiene a su alcance una trama argumental propia de una aventura trepidante pero respaldada por el conocimiento histórico más exigente que le transportará sin aliento al siglo más oscuro de la Alta Edad Media europea y del Mediterráneo en general. En paralelo y como entre bambalinas, los antiguos dioses de Iberia y los arcontes gnósticos librarán aquí su último y desigual combate en favor de sus creyentes más acendrados, porque los ángeles del Apocalipsis seguían anunciando próxima la triunfal justicia de un ""Cristo"" inmisericorde.