Un cadáver, un taxi boy albino, un brujo africano... Una novelapoliciaca sorprendente y magistral. En vísperas de las vacaciones deinvierno del año 1999, aparece asesinado en su casa de Buenos Aires el profesor de biología Aníbal Doliner. El crimen le fastidia los planes a la secretaria de la fiscalía, Silvia Rey, que debe hacerse cargo de las diligencias. Las pistas apuntan a un taxi boy albino apodadoCopito, que frecuentaba el piso del asesinado. Pero cuando parece queel caso está a punto de cerrarse, la cosa se complica y se cruza conotro asunto criminal en el que está involucrado un brujo africano.Conforme avanzan las investigaciones, todo se va enmarañando y resulta que nada es lo que parecía en un principio.Y es que la investigaciónpolicial, con sus deducciones y conexiones inesperadas, se parecemucho a un juego al que Silvia Rey juega con su padre desde que eraniña. Consiste en acumular referencias inconexas al mismo objeto. Silas referencias son dos, se llama «duquesa». Las duquesas son bastante comunes. Si el referente se manifiesta tres veces, ya sea comopalabra, como imagen o en carne y hueso, entonces se trata de unatricota. Duquesas y tricotas, cadáveres y sospechosos, acertijos yrespuestas. ¿Cuánto de lógica deductiva y cuánto de puro azar hay enla resolución satisfactoria de un caso policial Pablo Maurette haescrito una novela detectivesca repleta de ingenio, con unospersonajes impagables empezando por la secretaria de la fiscalía y supadre y que funciona como un sofisticado mecanismo de precisiónnarrativa.