«NO PIDO QUE SE ME DEN LAS GRACIAS, pero tampoco hay motivo para que se me hagan cargos.» Así se expresaba el diputado liberal Montesino pocos años antes de su fallecimiento, en la que fuera su última intervención en las cortes españolas. Y estas palabras resumen y reflejan al tiempo la identidad de un autor valiente, tenaz y persuasivo, que devino en pedagogo tras su exilio forzado en Inglaterra en 1823. Pablo Montesino y Cáceres (1781-1849) ocupa un lugar preeminente en el panorama educativo español de la primera mitad del siglo XIX: a sus conocimientos y su labor se deben la creación de las escuelas de párvulos y la implantación de la Escuela Normal para la formación de los maestros. Carmen Massa Hortigüela traza los contornos de su figura describiendo al personaje en el contexto familiar, social, político, educativo en el que se desenvuelve su discurrir vital. La autora cubre las lagunas informativas mediante la atención a las formas de pensar y de actuar con el objetivo de dibujar la figura viva del ser humano, sus experiencias, sus ideas, sus actividades, en fin, todo aquello que ahormó su naturaleza para convertirlo en uno de los personajes más ilustres de su tiempo por su determinante contribución al sistema educativo nacional.