El presente estudio tiene por objeto la evolución del control y de la Administración electoral a lo largo de la historia constitucional española. Así pues, este análisis histórico ha de comenzar en el momento en el que en nuestro Estado se dan las condiciones necesarias para que se pueda hablar de control del proceso electoral: existencia de órganos parlamentarios compuestos por ciudadanos elegidos democráticamente, que representan la voluntad nacional, formando parte de la estructura orgánica de un Estado basado en los principios liberales democrático-representativos. Sólo desde ese momento se puede hablar con propiedad de la existencia de un control del porceso electoral, y en su caso, de una Administración electoral encargada de velar por la pureza de los procesos electorales. De dicho estudio histórico se deduce que no siempre el control del proceso electoral ha sido realizado por una administración independiente, y que el mismo no siempre ha sido tal. Nos enfrentamos, más que a la evolución de los mecanismos de control del proceso electoral, al análisis de los instrumentos normativos que permitieron durante más de cien años el fraude, la corrupción generalizada y la negación de los presupuestos que hemos entendido como necesarios para que tenga sentido nuestro objeto de estudio.