Marion es una joven profesora con una voluntad férrea y un pasado desventurado, que emplea buena parte de su tiempo en cuidar su cuerpo, en construir su imagen y en desarrollar una estrategia que le permita alcanzar rápidamente el reconocimiento social. Sin plantearse reservas morales de ningún tipo, no duda en utilizar las armas de su atractivo y de sus habilidades sexuales. Su medio para conseguirlo es Pol, un maduro catedrático universitario, divorciado y con un hijo que se ha convertido en su único referente amoroso. Desencantado, aficionado a los cócteles, a los duelos verbales y las citas cultas, de sólida formación y endeble constitución, queda impresionado y desconcertado ante una mujer que despliega semejante capacidad sexual despojada de emociones. Desde los primeros encuentros, en un pulso erótico que deriva hacia las emociones, Pol va derribando los muros de protección de Marion hasta descubrir su verdadera personalidad.