Por la senda de Tumut está ambientada en el paleolítico superior, un periodo apasionante en el que los neandertales y los hombres modernos coincidimos en el mismo territorio, siguiendo a las manadas de herbívoros. Es la historia del clan de los Lobos, desde sus orígenes hasta el día en que la joven Ana se convierte en la nueva matriarca tras la muerte de su padre. Casi toda la historia es narrada por la abuela Gara en el transcurso de la noche de Jara, la fiesta del clan de los Lobos. La anciana se dirige especialmente a niños y jóvenes, cumpliendo así la tradición de contarles, durante esa noche mágica, la vida de sus antepasados para que su recuerdo no se pierda en el tiempo. Aunque la novela se puede calificar como de ficción histórica, aborda temas intemporales. El respeto que seres tan primitivos muestran hacia la naturaleza como único medio de supervivencia, choca con la sed de poder de algunos personajes o con el intento de difundir e imponer determinadas ideas o creencias. También se abordan conceptos tan actuales como el medio ambiente, la tolerancia, la solidaridad, la libertad de pensamiento, la igualdad de género o el derecho a rechazar imposiciones dogmáticas. Para Gara el hombre es hijo de la tierra y, por ese motivo, jamás podrá dominarla. Según la anciana: "Nada de lo que nos rodea nos pertenece salvo nuestra propia vida, que es lo único que tenemos. Tras la muerte, nada queda salvo los recuerdos". Por su estilo directo, sencillo y comprometido, la lectura de esta novela resulta una experiencia agradable que a nadie deja indiferente.