La obra de Alfonso X no es la de un sabio que accidentalmente es rey, sino la de un rey que entiende el saber como algo integrado en sus deberes como tal. El concepto cultural alfonsí proviene de una respuesta anómala a circunstancias no menos desusadas desde la perspectiva occidental. Ningún rey cristiano hasta él, había sido un profesional de las letras. La única referencia válida son los califas de la España musulmana, para quienes la poesía y la ciencia quedaban incorporadas a la personalidad del soberano. Alfonso X procuraba encarnar esa idea del rey no sólo como gobernante, sino como maestro de su pueblo y por ello su ingente obra queda inmersa en una misma finalidad, a la vez política y didáctica, escrita, por tanto, en vulgar. Éste fue su logro definitivo: contribuir al desarrollo del castellano, en detrimento del latín y los dialectos iberorromanos. Francisco Márquez Villanueva estudia en profundidad el concepto cultural alfonsí y ofrece al lector un libro definitivo sobre la figura y la obra de Alfonso X el Sabio.