Nos presentan la guerra, las guerras, con imagen de impunidad enpersuasivos discursos donde el derecho a matar prevalece sobre losderechos humanos y, por ello, a la propia vida. Olvidan que existenlos derechos de las personas, la ética y la mismísima paz. Insistenque cada época tiene su guerra y que es el recurso para obtenerarmonía social y paz, o quizá para debilitar a los adversarios.Aquel pionero del psicoanálisis de finales del siglo XIX y albores del siglo XX, antes de la primera Gran Guerra, y el sabio que cambio elmundo, se vieron marcados por un brutal y cruel conflicto bélico comonunca anteriormente se habia conocido. Sigmund Freud y Albert Einstein llegaron a encontrarse, aunque sus mundos científicos estuvieranalejados. Dos iconos en la historia de las ideas, tan dispares ycercanos que, si vivieran en la actualidad, quedarían escandalizadospor los acontecimientos bélicos y se declararían antifascistas,antinucleares y antimilitaristas, como lo manifestaron cien añosantes, buscando una sociedad mas culta, a la que se enseñara areflexionar, donde pudiéramos pensar en la vida de una población sindesigualdades.Estamos ante un ensayo apoyado en recorridos históricos, con miradasdetenidas en las vidas y obras de Freud y Einstein, de quienes tantose desconoce más allá de algunos tópicos muy mediáticos, ilustresopinadores en años de guerras europeas y mundiales que se envuelven en la autoridad intelectual de dos genios que reflexionan sobre laguerra y el pacifismo activo y militante. Sabían que las guerras,también las actuales del siglo XXI, aniquilan territorios, personas ycivilizaciones. La guerra no es creativa, destruye, aunque genereriqueza y más poder para quienes negocian con la muerte y ladestrucción.