El título de este libro propone una respuesta rebelde a una pregunta muy común: ¿qué libro se llevaría a una isla desierta?
«Si tuviera que llevarme un solo libro a una isla desierta, preferiría ahogarme en el naufragio.» Eduardo Mendoza El título de este libro propone una respuesta rebelde a una pregunta muy común: ¿qué libro se llevaría a una isla desierta? Para evitar lo que prefiere Eduardo Mendoza, nosotros no llevaremos un libro, sino toda una biblioteca. En realidad, los libros no pueden entenderse como entes aislados y autosuficientes: unos han inspirado otros, y así, son tantos como las imaginaciones, los deseos, las pasiones y las ideas de los hombres que los escriben. Y como las lenguas y las culturas en que surgieron. Y como son dispares, las personas que los leen también. Estos 202 libros que recomendamos número caprichoso, que no pretende ser el de un canon altanero, sino el de una amistosa biblioteca están escritos en la lengua castellana de España y en los castellanos de América, y en catalán, en gallego y en eusquera. La forman, en su mayoría, relatos, pero también hay dietarios, memorias y viajes, dramatizaciones o poemas. Casi todos son textos del siglo XX (alguno hay del XXI), pero tampoco hemos olvidado los tesoros de la literatura anterior a 1900. Y de cada título, los colaboradores de esta obra hemos procurado buscar las razones fundamentales para leerlo: podemos asegurar que las hemos encontrado en todos los casos.