El camino cruel es el mejor relato de una escritora y aventurera extraordinaria: Ella Maillart. Cuenta un viaje memorable realizado en los albores de la II Guerra Mundial con destino a Kabul y en compañía de la escritora y arqueóloga Annemarie Schwarzenbach, uno de los personajes más fascinantes de esa Europa encenagada de angustia que camina hacia el desastre. Las dos amigas se embarcan en un largo periplo en coche desde Suiza a Afganistán, con el objetivo de buscar a la tribu afgana de los Hackin, atravesando Yugoeslavia, Bulgaria, Turquía, Estambul, Trebisonda, Armenia, Persia, Teherán, Azerbaiyán, Afganistán, Herat y Kabul como fin de su fabulosa aventura. Pero es un viaje "más psicológico que geográfico", una oportunidad de salvar de sí misma al "ángel caído", como había bautizado Thomas Mann a Annemarie, pues "había escogido el camino cruel de la tortura", el de la adicción a la morfina. Y en el fondo, una huida, porque "en Occidente todo el mundo parecía tan extraviado como yo". Es la sexta vez que viaja a Asia y según el gran viajero también suizo, Nicolás Bouvier, este largo periplo de seis meses, se decanta en su relato más feliz. Ni las crisis de Schwarzenbach, a quien se refiere en el relato como Cristina, ni el remordimiento de escapar a la guerra, minan un talante sereno que busca a la "gente que aún sabe vivir en paz", como responde a Carl G. Jung cuando le formula la gran pregunta: "¿Por qué viaja?". Ella Maillart muestra en estas páginas lo mejor de sí misma, no en vano es una de las grandes viajeras de su generación.