Es esta una obra que va dirigida, y será de utilidad, tanto a los letrados como a los administradores de fincas colegiados y todo profesional que se dedique al mundo del derecho inmobiliario relacionado con las comunidades de vecinos, dado que se tratan cuestiones del día a día en estas comunidades y que afectan, en definitiva, a lo que entendemos como las relaciones de vecindad. Unas relaciones que no siempre se respetan por algunos vecinos que no entienden de la debida solidaridad que debe presidir la convivencia de quienes toman la decisión de vivir en comunidad. Por ello, el ordenamiento jurídico ha articulado un procedimiento específico para articular la reclamación judicial con el fin de conseguir del juez una sentencia que acuerde la cesación de la actividad, pero también, y en su caso, la indemnización de daños y perjuicios causados y la privación del uso del inmueble si es grave la conducta. Por otro lado, se prevé conceder a las comunidades de propietarios una acción directa, y no subsidiaria, para los casos en los que el infractor sea un arrendatario y el arrendador no actúe contra él. En estos casos se legitima a las comunidades para instar la extinción del derecho arrendaticio. Desarrolla así el autor la casuística relativa a las actividades molestas, prohibidas, insalubres, nocivas y peligrosas que pueden tener lugar en una comunidad de propietarios. Un amplio elenco de situaciones que desgraciadamente se dan cada vez con más frecuencia en nuestras comunidades de vecinos y que están presididas por una conducta infractora de algunos comuneros que no respetan las reglas de la convivencia que debe presidir las relaciones de vecindad. En esta obra se ponen de manifiesto tanto las cuestiones de índole estrictamente civilístico de la Ley de Propiedad Horizontal, como las procesales que se contemplan en el propio apartado 2.º del art. 7, como en las disposiciones generales contenidas en la Ley Procesal Civil.