Este libro es un ensayo porque recoge en pensamientos estados contradictorios del espíritu. Ésta es una obra heterodoxa porque reconoce que el prejuicio, la ideología y la intriga académica son los obstáculos para construir un pensamiento, una idea, una manera libre de entender el mundo, pero eleva el anatema, la descalificación y el «argumento» de autoridad a un aleve plano intelectual para luchar, o sea, abrazarse, contra sus portadores. Este libro asume la forma de la escritura como determinante de un pensamiento, que muestra la realidad sin someterla a ningún tipo de doma. Porque El pulso del pensamiento reconoce que la razón no es nada sin poesía, deja hablar con total libertad a los principales agentes de la actualidad social, moral, artística, cultural y política. Porque la libertad es la holgura de la voluntad. El pulso del pensamiento mantiene que lo decisivo no es la libertad racional, sino el deseo de ser libre. El pulso del pensamiento es la última luminaria para arriesgarse en la argumentación y la sutileza, forma provocadora para tratar lo tangencial y oblicuo, y reflexión fragmentaria sin final feliz.