La trayectoria política e intelectual de la llamada «Generación del 14» viene definida por la defensa del liberalismo. En general, ha definido a esta Generación como la superadora del «espíritu» del 98, en pos de la modernización de la sociedad española. A sus componentes les uniría la crítica al régimen de la Restauración, la denuncia de sus usos e inmovilismo políticos. Sin embargo, el período de entreguerras (1919-1939) se caracterizó en Europa por la crisis del Estado Liberal de Derecho. La amenaza revolucionaria acentuó el miedo a los peligros de la democracia en una sociedad española donde las clases medias y las instituciones civiles eran débiles. De ahí la evolución política e ideológica de algunos de los miembros de esta «Generación». El ejemplo más significativo de esta evolución fue la protagonizada por el escritor y diplomático Salvador de Madariaga y Rojo (1886-1978), defensor de un liberalismo elitista, y que, ante la amenaza revolucionaria, no vio otra solución que la instauración de un régimen autoritario y corporativo. Tal fue el mensaje de Anarquía o jerarquía (1935), su obra política más famosa y polémica. Un proyecto que, pese a sus ulteriores críticas al franquismo, nunca abandonaría.