El Barranco del Lobo, Abarrán, Igueriben, Annual, Zeluán, Nador, Monte Arruit, son nombres todos ellos que permanecen indisolublemente asociados en la memoria colectiva de los españoles a los trágicos episodios que convulsionaron la historia de España del primer cuarto del siglo XX. Más que contar las batallas, la autora ha preferido acercarse a los personajes o actores del drama que tuvo por escenario a África. No sólo a los jefes o mandos militares más destacados, sino también a los humildes soldados desconocidos que encontraron allí la muerte, tanto por las balas enemigas como por el hambre, la sed y las enfermedades. En la obra se analiza la visión de los partidos dinásticos y antidinásticos del «problema marroquí», así como la oposición de los partidos de izquierdas a la intervención militar y las multitudinarias protestas y manifestaciones de la población contra la guerra. A lo largo del texto se ofrece un breve esbozo de la historia del Rif y los rasgos más salientes de la sociedad tribal rifeña. La autora hace una especial referencia al protagonista más conocido, Abd-el-Krim, exponiendo sus ideas y su trayectoria desde «moro amigo» de España, primero, a jefe de la resistencia rifeña, más tarde.