Una apasionada llamada a la acción para sanar las heridas de nuestro planeta y para sanarnos los seres humanos, a través de los principios de nuestras tradiciones espirituales, de una mujer laureada con el premio Nobel de la Paz. En nuestro mundo moderno es muy fácil sentirse desconectado de la Tierra física. A pesar de las advertencias directas y de la creciente preocupación por el estado de nuestro planeta, muchas personas no están al corriente de lo que ocurre en el mundo natural. Wangari Maathai trabajó durante muchos años con el Movimiento Cinturón Verde para ayudar a las mujeres de la Kenia rural a plantar y mantener millones de árboles. Metiéndose de lleno en la acción con la Tierra, estas mujeres suelen sentirse de pronto fortalecidas y comprometidas con esta situación, de un modo que nunca antes habían experimentado. Y Maathai quiso transmitir ese sentimiento a todo el mundo, puesto que consideraba que la clave se halla en los valores espirituales tradicionales: amor por el entorno, mejora personal, gratitud y respeto, así como compromiso con el servicio. Aunque fue educada en la tradición cristiana, Maathai se sintió inspirada por muchas tradiciones religiosas, y celebró el mandato judío de tikkum olam («repara el mundo»), al mismo tiempo que renovó el término japonés mottainai («no derroches»). Consideraba que, mediante una nueva consagración a estos valores, finalmente podremos sanarnos a nosotros mismos y al planeta.