La admiración del filósofo por el escritor y moralista barroco Baltasar Gracián, tan conocida y citada, culmina en la traducción alemana del Oráculo manual y arte de prudencia. La explicación a esa admiración se ha resuelto siempre con la escueta etiqueta del pesimismo consustancial a los dos pensadores. Sin negarlo, este libro amplía, añade y matiza (en Gracián habría que hablar, con mayor precisión, de escepticismo; en Schopenhauer de un pesimismo a medias), por primera vez en profundidad, ésta y otras perspectivas reunidas bajo la hipótesis de que, aunque los dos nieguen la existencia de la felicidad, también coinciden en un humanismo que apuesta por la formación del hombre como único camino de realización. En este sentido cobra especial importancia el concepto alemán de formación (Bildung). Para el análisis se toman en cuenta sus obras, los comentarios, las notas y, sobre todo, la traducción.Toda traducción es una interpretación, un diálogo, una lectura, por eso el autor presenta el sentido hermenéutico del diálogo, para después abordar el concepto humanista de formación y los aspectos relevantes que acercan a los dos pensadores en relación con la historia, la filosofía, el estilo, la prudencia, el concepto de persona, el de genio e ingenio, la cultura o la felicidad. De especial interés son los dos apéndices, en los que se incluyen las reproducciones de las marcas de lectura en sus libros españoles y el intercambio epistolar completo sobre Gracián entre los editores y el filósofo.