Los lectores que se acerquen al sufismo desde una perspectiva exclusivamente confesional quizá se sorprenda al comprobar que en este libro se recogen tradiciones aparentemente divergentes, como las de Abraham, Noé, Israel, Cristo o el rey Salomón, así como las del Corán. Sin embargo, quienes han profundizado un poco en la literatura sufí saben que el sectarismo no ha comenzado a manifestarse entre los sufíes hasta las últimas centurias de la decadencia espiritual.

"Sus semillas fueron plantadas en tiempos de Adán, los brotes salieron en tiempos de Noé y florecieron con Abraham. Las uvas se formaron en tiempos de Moisés y maduraron con Jesús. En tiempos de Muhammad, se elaboró el vino".