Exilios, migraciones, violencias, pero también abrazos ysolidaridades, se cruzan en estos fragmentos en que el dolor queprovoca el abandono del propio hogar busca transformarse en «unaherida fecunda», como lo quería Clarice Lispector. La Historia conmayúsculas, la historia colectiva, atraviesa nuestra historia íntima,dejándonos marcas sobre la piel y los recuerdos. Y ahí estánacompañándonos nuestros ausentes, nuestros desaparecidos, aquellos que no pudieron traspasar el umbral. Su huella está en nuestros huesos,sus voces en la nuestra. Tal vez por ello el dis-locamiento queprovoca el exilio puede ser en-loquecimiento, quiebre del cuerpo y lalengua.Estas páginas hablan de la propia historia de exilio de la autora,Sandra Lorenzano, desde la Argentina de la dictadura hacia México,pero también de las historias de otros miles y miles de migrantes. Del Mediterráneo a las fronteras de Centroamérica, de los Andes a laselva colombiana, deambulamos por el fracturado sur del mundo. Lageografía es una y múltiple.