Al principio, los historiadores creyeron en el «milagro griego», espejismo de una civilización de luz implacable, filosofía abstracta, figuración geométrica. Más tarde, descubrieron una Grecia de contrastes, trabajada por la polaridad, por las oposiciones entre cultura y naturaleza, entre Ciudad y barbarie, entre varón-ciudadano y mujer menor de edad. Con Nicole Loraux, hoy nos llega el momento de una Grecia atormentada, en claroscuro, donde ya no reina tan sólo la exclusión, sino que también operan la ambivalencia y el intercambio. ?Las experiencias de Tiresias? nos revela esta fascinación de Grecia por el Otro femenino: la Ciudad ha reducido siempre este Otro a un orden, minimizando la mezcla que forman el hombre y los préstamos tomados a la mujer por medio del rechazo, el olvido y la representación, abstracta y sin fisuras, de sus figuras epónimas: el guerrero, el ciudadano, el filósofo. Tiresias perdió la vista por haber contemplado un día el cuerpo sin velos de Atenea; Grecia, a base de velar lo femenino, acabó cegándose, tanto a ella misma como a un gran número de historiadores. Ya no será posible, después de la obra de Nicole Loraux, continuar creyendo en todo aquello que Grecia nos ha relatado a propósito de sí misma.