Empezaré por el principio. Mi madre se llamaba Dolores Haze, pero ustedes, de conocerla, seguro que la conocerán por Lolita. Dolores Schiller acaba de saber que padece una enfermedad incurable y, antes de recurrir a un suicidio asistido, como ha resuelto hacer, decide revelar su secreto: cuando cumplió veinte años, su padre le hizo entrega de los diarios de su madre, fallecida al dar a luz. Al compararlos con lo sucedido a Lolita, la protagonista de la novela homónima de Vladimir Nabokov, Dolores sospecha que su madre y la famosa niña podrían ser la misma persona. Guiada por esta intuición, viaja hasta Suiza para entrevistarse con el protagonista masculino de la obra, Humbert Humbert, y tratar de hacerle justicia a Dolores Haze, reinterpretando su historia desde una óptica nueva. En Cada noche, cada noche se entrecruzan dos vidas, la de la madre silenciada y la de la hija que toma la palabra; marcada por una sexualidad impuesta la primera, presidida por la ausencia de deseo sexual la segunda. Las relaciones entre amistad y orfandad, enfermedad y muerte, crítica y libertad creativa, y personajes y autor, completan la urdimbre de esta sabia, intensa y ambiciosa novela.