La guía de lectura que ofrecemos tiene su andadura en largos y calibrados trabajos previos que llamamos, de puertas adentro, vaciados. Un vaciado es un proceso de descubrimiento, un intento de «sacar» a la superficie los elementos constitutivos de un texto novelesco. Creemos que es un modo de proceder indicado, porque estamos convencidos de que uno de los cometidos de la crítica literaria, antes de sumergirse en los comentarios exocríticos (e.d., la reflexión sobre los elementos que enmarcan el texto en sí y aportan informaciones imprescindibles para la comprensión) y endocríticos (o sea, los que analizan aspectos del discurso y filológicos sensu lato), es tratar de comprender el texto para, después, pasar a la exégesis o interpretación de los contenidos. Los juicios de valor, las periodizaciones, la caracterización de la obra y demás son procesos posteriores. Un vaciado es, por tanto, un ejercicio de modestia y de paciencia, puesto que el objetivo primario es tratar de comprender el texto, detectar y entresacar los elementos que lo configuran para que otros estudiosos puedan beneficiarse de ese trabajo de «acarreo» y llevar a cabo otros análisis y lecturas distintas.