Ramón Lobo permaneció fiel a su persona hasta el final: nos dejóescrita una despedida lúcida, plagada de optimismo y aceptación, unameditación sobre la experiencia vivida y el mundo legado El culto a la vida ha eclipsado nuestra relación con la única verdad que existe: la de la muerte. La echamos del hogar y la encerramos en los hospitales, las clínicas y las funerarias. Ramón Lobo, sin embargo, no rehuyó dela realidad: tras ser diagnosticado con dos cánceres, el reconocidoperiodista y corresponsal de guerra decide hacer uso de su maravillosa pluma para diseccionar la muerte desde su propia experiencia. ¿Cuáles la naturaleza de nuestro temor hacia ella ¿Cómo podemos afrontar un futuro desolador ¿Qué hacer con nuestros objetos más importantesEstas preguntas universales, pero tan silenciadas y estigmatizadas enel «País de los Sanos», son las que irán resolviéndose en estaamalgama agridulce de recuerdos, reflexiones, esperanza y resignación, en esta oda a la vida que se dibuja serenamente en el marco de lo que le da valor: su propio fin. Pensión Lobo son unas memorias póstumas,un último ejercicio personal y al mismo tiempo colectivo, donde apartir del testimonio Lobo investiga la muerte desde un enfoquesociológico y la afronta desde su inminencia personal.