Ramon Llull se propuso instruir y educar en las disciplinas más relevantes de su tiempo, artes liberales, teología, física, medicina, astronomía, a iletrados (laicos) y no cristianos (infieles), y diseñó con ese fin un instrumento de aprendizaje al que llamó Arte. El Arte, con sus principios, figuras combinatorias y símbolos fundó un camino especulativo interdisciplinario en el que diversas ciencias hallaron una convergencia epistémica, ética y religiosa. El propósito luliano se multiplicó en cerca de 270 obras: literarias, científicas, apologéticas y en las distintas versiones del Arte (1274-1308). Uno de los aspectos más interesantes del pensamiento de Llull es el lenguaje de los correlativos: un conjunto de términos, acuñados al modo de la gramática especulativa del siglo XII, cuyo objetivo es la expresión de los principios del Arte. En el Liber correlativorum innatorum (1310), que aquí se presenta, Llull describe la formación de estos «nuevos nombres», su significado metafísico y su estructura lingüística, y enseña el modo de usarlos. Se trata de un modelo de lenguaje universal cuya estructura gramatical está vinculada con el contenido metafísico de los principios del Arte y su significación metafórica en la naturaleza y el orden intelectual.