"La Ilustración se invoca a menudo en la escena pública como una lucha contra el oscurantismo que solo tenemos que actualizar. Lecturastotalizadoras, y a menudo caricaturescas, la asocian al culto alprogreso, al liberalismo político y a un universalismo desencarnado.Sin embargo, como muestra aquí Antoine Lilti, la Ilustración nopropuso una doctrina filosófica coherente ni un proyecto políticocomún. Comparando autores emblemáticos con otros menos conocidos,propone restaurar la complejidad histórica de la Ilustración yrepensar lo que le debemos: un conjunto de preguntas y problemas, másque un pensamiento sencillo y tranquilizador. La Ilustración apareceasí como una respuesta colectiva a la emergencia de la modernidad,cuya ambivalencia configura aún hoy nuestro horizonte. Empezando porlas preguntas de Voltaire sobre el comercio colonial y la esclavitud,y terminando con las últimas reflexiones de Michel Foucault, pasandopor la crítica poscolonial y los dilemas del filósofo ante lo público, La herencia de la Ilustración ofrece así una imagen profundamenterenovada de un movimiento que debemos rede