«Si no tengo amor, no soy nada», leemos en la «Primera carta de san Pablo a los corintios», uno de textos que componen la nueva y esperada trilogía de Angélica Liddell, junto a «Tandy» (inspirado en la novela «Winesburg, Ohio» de Sherwood Anderson) y «You are my destiny», una personalísima visión de la violación de Lucrecia, cuyo montaje llenó el Teatro Odéon de París durante doce noches consecutivas. Con prodigiosa transparencia, y desde un punto de vista pasional, Angélica Liddell explora el lado luminoso de la existencia al tiempo que indaga en el sentido de lo sagrado y lo sacrílego, y medita sobre el amor, el silencio de Dios, la vanidad, la herejía, el poder del sexo sobre la voluntad, las transformaciones mágicas de los cuerpos... Una forma de «mística salvaje», ajena a toda ortodoxia y religión. El libro lo completan unos bellos cantos de amor, en forma de Salmos, y el diario La novia del sepulturero, espejo en movimiento que nos permite observar no sólo el andamiaje mental donde nacen las obras aquí incluidas, sino también advertir de cerca la pulsación del pensamiento de una artista, según la crítica, «única, atrevida y paradójica, que no busca la adhesión fácil, y vive y crea al margen de la corrección política».