En su Alfabeto sobre la literatura infantil (publicado en esta misma colección) el escritor Bernardo Atxaga se lamentaba de que apenas existe una bibliografía española sobre nanas; al parecer no se la considera una poesía seria, y ni por asomo tiene la relevancia que se le da, por ejemplo, en los países anglosajones.
Existen, sí, algunas recopilaciones y estudios que se dirigen sobre todo a los educadores, a los curiosos de la cultura popular o a los padres primerizos que no desean pasar una mala noche.
Este libro no pretende ofrecer un catálogo más o menos completo de la producción de canciones de cuna en lengua española ni quiere servir como recetario para curar el llanto de los bebés que no consiguen conciliar el sueño. Aquí no hay nanas ñoñas; lo que encontraremos es una colección de poemas ?de autor conocido y no anónimo? que en todos los casos aluden a la relación tan íntima que se establece entre dos personas, particularmente entre una madre y su hijo, en ese momento dulce y a veces terrible que separa el día y la noche. En ese diálogo ?porque siempre es un diálogo: el niño habla a su modo? se ponen de manifiesto las alegrías y los sinsabores del día presente, y se invocan los temores y las ilusiones del día que vendrá. Los misterios que esconde la noche y que el sueño desvela son el material con el que ha trabajado la ilustradora Noemí Villamuza.
Otra característica especial que diferencia a este Libro de nanas de otros libros de nanas es que las canciones (muchas de ellas fueron musicadas) y poemas que aparecen recogidos en él no siempre han sido escritos para dormir a los bebés, sino que también los hay para despertarlos. Otros se dirigen a personas que han dejado de ser niños, e incluso hay nanas para dormir a un perro o a un caballo. ¡Y es que, caramba, todo el mundo necesita el sueño!