Esta exposición de filosofía medieval, plural, descentrada y multicultural, resultará sorprendente para el lector tanto si es especialista en filosofía medieval como si no. Para quien tenga interés en el estudio de las culturas latina, árabe y judía, es fundamental advertir que este relato historiográfico no se organiza a partir del punto de vista del cristianismo occidental, que no reconoce ningún centro en el mundo medieval, y que la atribución de espacios a los autores y los temas que trata no hacen más que evidenciar que judíos, árabes y latinos tuvieron tiempos, lenguas y espacios culturales diferentes; una diversidad que hace imposible la unidad que parece que requiere la categoría de Edad Media. Contrariamente a lo que los humanistas del Renacimiento presentaban como una «barbarie medieval», la filosofía de la Edad Media era diferente de la teología escolástica, y aportó una contribución significativa, distinta de la filosofía antigua o tardoantigua, a la historia general de la filosofía.