Materialismo salvaje afronta tres preguntas que marcan los límites de la filosofía política contemporánea: si los intereses y las reivindicaciones sociales son antagónicos, ¿puede darse la unidad social?; de darse, ¿se basaría en sus términos universales? Por último: ¿cómo se habrá de revisar el concepto de democracia a raíz de la globalización económica, del terrorismo de estado y no estatal, del integrismo religioso, étnico, y nacionalista? Para Lezra, la respuesta a estas preguntas pasa a través del terror, paraconcepto que puede y debe operar a modo de universalidad. El terror resultaría ser la base sobre la cual montar críticas y alternativas al terrorismo integrista, fundacional; y el "materialismo salvaje", el método o instrumento para construir una ética del terror y, en el ámbito político, la república radical. El libro se centra en el caso español (desde Silíceo hasta el asesinato de Carrero, pasando por Saavedra Fajardo y Zambrano), enmarcándolo en el panorama de la modernidad europea.