El Salvador puede sufrir en los próximos años una fuerte crisis de gobernabilidad. Esta es, al menos, la conclusión a la que han llegado los autores del presente trabajo, tras analizar los cambios políticos y económicos que han surgido en el país desde el Acuerdo de Paz de 1992. Las remesas de la emigración, que constituyen hoy la principal fuente de divisas, no están sirviendo para el crecimiento económico del país, ni para la reducción de la pobreza. La violencia tiene un lugar privilegiado en la cultura de la sociedad salvadoreña, hasta el punto de que hoy mueren más ciudadanos, diariamente, por causa de la violencia social de los que morían en plena guerra. La creciente polarización política entre los dos principales partidos y la incapacidad de construir consensos son otros de los grandes problemas que aquejan a El Salvador. Este trabajo colectivo termina con un capítulo de conclusiones, en el que se analizan las diferentes variables y se hacen una serie de propuestas para promover un cambio cultural tanto en los partidos políticos como en los ciudadanos, para tratar así de resolver el gravísimo problema de la violencia indiscriminada.