Es indudable que la escucha es medular en la vida cívica, por cuantolo que se pone en juego en la acústica son las formas de poder. Enatención a las maneras de escuchar, Brandon LaBelle examina lasdinámicas de participación de la vida en común para centrarse en cómolo que compone la sonoridad es un medio dinámico que fomenta elpotencial crítico y creativo de los individuos a la hora dereconfigurar la praxis social: capacidad de respuesta, resistencia,comprensión, disputa y reorientación, son claves en las luchas por elderecho a hablar y ser escuchado. Ahondar en el reconocimiento comoforma neurálgica de participación implica ampliar las normas de loacústico, que tocan directamente las cuestiones de lugar ydesplazamiento, fronteras y comunidad, y que terminan por definir lascapacidades del escuchar en tanto «ecologías poéticas de resonancia».Así, Justicia acústica indaga entre las prácticas sociales, el artesonoro, la performatividad y las poéticas de la voz en el marco de lacomunidad, con el objetivo de apuntar estrategias de rechazo yreparación, por medio de su agencia sónica.