El desarrollo de una estrategia de la crispación por parte de la derecha, como método para debilitar electoralmente al Gobierno, es el rasgo más destacado de la situación política. Ella se refiere tanto a la aspereza de las formas utilizadas como a la concentración de la agenta en torno a unos temas (política antiterrorista) sobre los que, habitualmente, ha existido algún tipo de consenso para dejarlos al margen de la competición electoral. La crispación ha afectado a las relaciones entre el Gobierno y la oposición, a la vida cotidiana de algunas instituciones centrales y a la convivenvia entre los ciudadanos, generando una división entre los mismos.