Este número que el lector o lectora tiene en sus manos se organiza en su mayor parte alrededor de un nuevo Tema del año: la educación crítica de la mirada.Tradicionalmente, la imagen y los medios de comunicación de masas han tenido una codificación bastante heterogénea en el ámbito escolar. A esta circunstancia no es en absoluto ajeno el desprecio que este ámbito social y cognitivo ha sufrido por parte de la cultura académica. El caso es que, si observamos el siglo XX (por ceñirnos al momento de constitución de la iconosfera contemporánea), se han sucedido distintos enfoques, podríamos decir que cíclicamente: el audiovisual como instrumento expositivo o para ilustrar otros contenidos, como recurso para las actividades extraescolares o los momentos de relajo, como tema transversal. No han faltado propuestas, sencillamente, de excluirlo del ámbito educativo, como tampoco han faltado las de convertirlo en un contenido educativo con interés en sí mismo.
Pudiera parecer a simple vista que ésta última idea trae la solución. ¿Qué mejor manera de educar una mirada crítica que constituyendo el discurso audiovisual en un objeto de interés por sí mismo?