No todos los días una se muda a Nueva York y se reinventa. Cansada de ser la aburrida y predecible Emma Mills, estaba segura de que mi vida sería distinta en la Gran Manzana. Y no me equivocaba. Jackson Reynard era un tipo irresistible y yo tampoco es que tuviera intención alguna de resistirme. Era el típico hombre alto, moreno y atractivo que a todas nos vuelve locas, así que yo estaba más que contenta de tenerlo a mis pies. Lo que esperaba fuera una aventura veraniega, se convirtió en un amor que me paralizó el corazón. Me di cuenta de que había encontrado al hombre de mi vida. Lo que no vi es que, a veces, el amor no es suficiente. No resulta fácil superar lo que te haya pasado con un ex. Y todavía es más difícil cuando se convierte en una estrella de Hollywood y te encuentras su cara impresa en todas las revistas. ¿Que cuál es la parte más dura? Pues la de que vuelva a tu vida y no quiera dejar atrás el pasado. Si sobreviví una vez a la pérdida del amor de mi vida, no creo que pueda hacerlo otra.