mi novio me ha pedido que me case con él ¿casarme, yo?... ¡¡¡casarme!!! bueno, la fiesta puede ser divertida, y además están los regalos...
Por una vez en la vida, a Becky Bloomwood las cosas le van bien. Famosa en todo el mundo por su afición a comprar sin límites, ignorando olímpicamente el estado de su paupérrima cuenta corriente, por fin ha conseguido el trabajo de sus sueños como asesora de compras en una tienda neoyorquina («gasto el dinero de los demás... y encima me pagan»). Además, vive en un fabuloso apartamento en Manhattan con su novio Luke e incluso ha abierto una cuenta conjunta con él. Pero, de repente, todo se acelera. Luke le pide, quién lo hubiese dicho, que se case con él, y acto seguido, como movidas por un automatismo ancestral, entran en acción las... suegras. La madre de Becky quiere que la boda se celebre en el jardín de su casa de Surrey, of course, y que su hija lleve el mismo vestido de volantes que vistió ella, el cual ha estado reservando para la ocasión. Por su parte, la de Luke, en el más puro estilo americano, está empeñada en organizar una fastuosa ceremonia en el Hotel Plaza de Nueva York en el que se recreará un bosque, o quizá un baile veneciano, en fin, cuanto más extravagante, mejor. Becky es consciente de que tiene que elegir entre una de las dos, pero ¿cómo tomar semejante decisión?
Por otra parte, el hecho de probar pasteles, escoger el vestido y hacer la lista de bodas es tan emocionante... Y así pasan las semanas hasta que, un buen día, se percata de que ha organizado dos bodas, una a cada lado del Atlántico.