Esta obra, que supuso una auténtica renovación de los estudios bíblicos, es considerada actualmente todo un clásico de su especialidad. Constituye un excelente compendio de la orientación hermenéutica seguida por Othmar Keel desde sus primeros trabajos: el estudio del Antiguo Testamento a partir de la comparación del texto con la iconografía del Próximo Oriente antiguo. La aproximación iconográfica desarrolla la vinculación de los sistemas ortográficos del Próximo Oriente con sus respectivas artes pictóricas y explora el carácter de representación evocadora tanto de la palabra poética, mágica, como de la imagen monumental, simbólica. De la mano de la arqueología Keel ahonda en el contexto cultural e histórico del texto bíblico, permitiendo un acceso valiosísimo a sus modos de concepción y expresión. La estrecha relación de los himnos y oraciones de Israel con los de sus culturas vecinas hace que el Libro de los Salmos reúna un interés especial para la comparación sistemática. Los salmos, tomados como composiciones individuales, son analizados a modo de exempla desde una perspectiva literaria y puestos en relación con el material arqueológico. El análisis de sus ricas metáforas en conexión con la iconografía no sólo permite la comprensión de los realia bíblicos, sino también la indagación de órdenes fundamentales y proposiciones religiosas. El presente libro aporta así una perspectiva de exégesis bíblica fundamental tanto para historiadores como para teólogos, filólogos y arqueólogos.