Javier Juárez escribe esta apasionante y minuiciosa biografía (bien escrita que
da gusto) sobre la vida de uno de los espías más fascinantes pero desconocidos
de la Segunda Guerra Mundial: el Gran Garbo.
Juan Pujol García, fue hijo de un industrial catalán que peleó al lado de
Franco durante la Guerra Civil. Juan Pujol, quien odiaba a los alemanes,
pensaba que sólo con la victoria Aliada podía España liberarse de Franco.
Ofreció sus servicio a los británicos, pero inicialmente fue rechazado y por
tanto optó por ofrecerse como agente a la Abwehr alemana que dirigía el
Almirante Canaris. Partió de Madrid en 1941 con dirección a Lisboa portando
material escrito, listas de preguntas, dinero y direcciones donde hospedarse.
Realizó muchos esfuerzos por comunicarse con la inteligencia británica, pero no
lo logró. Mientras tanto, les comunicó a los alemanes que había llegado a
Londres y desde Julio de 1941 escribió y envió a la Anwehr, informes acerca de
asuntos navales británicos.
Pujol se valió de un mapa de Inglaterra, un diccionario de términos militares,
la Guía Azul de navegación marítima y una publicación portuguesa llamada Flota
Británica.
En 1942 Garbo aún estaba en Lisboa, pero finalmente entró en contacto con
oficiales de inteligencia del MI5 y se ofreció como agente doble. Después de
vencer la resistencia del Servicio de Inteligencia MI6 y luego de definir bajo
ordenes de quién estaría, finalmente llegaron a un acuerdo y se trasladó a
Londres en abril de 1942, donde permaneció hasta el fin de la guerra. Su esposa
e hijo se reunieron con él en la capital inglesa. Garbo estuvo bajo el mando
del Comité XX, que confundiéndolo con los números romanos, ha sido muchas veces
llamado erróneamente Comité 20.
Pujol recibió el nombre en clave Bovril, pero fue cambiado a Garbo por sus
superiores, que lo consideraban ""el mejor actor del mundo"", y por tanto digno
de compararse con la estrella de cine Greta Garbo. El nombre en clave de Pujol
para la Abwehr era Rufus.
Una vez en Londres estableció la red ficticia de agentes para continuar
engañando a los alemanes. Le dijo a la Abwehr que tenía 14 agentes y 11
contactos muy importantes. También ""se asignó"" un lugarteniente, un operador de
radio suplente y varios ayudantes en toda Gran Bretaña. Entre los agentes,
Garbo inventó un piloto alcohólico de la RAF y un lingüista del servicio de
inteligencia que odiaba a los comunistas.
Uno de los agentes imaginarios de Garbo se llamó ""Wren"" como se les llamaba a
los miembros de la WRNS (Women's Royal Naval Service). Garbo le informó a la
Abwehr que Wren había sido enviada al Cuartel General del Teatro de Guerra del
Sureste Asiático en Ceilán desde donde ella le enviaría los informes para ser
transmitidos a la Abwehr. Los alemanes a su vez pasarían esa información a las
embajada japonesa en Berlín, que a su vez la retransmitiría a Tokio.
Los alemanes estaban impresionados con los informes de Garbo. Los informes de
Garbo llegaban a la Abwehr por correo, haciendo un periplo de Londres a
Portugal, gracias a ""la colaboración de un piloto de KLM, quien los enviaba a
Berlín por correo desde Lisboa."" Un informe que impresionó a los alemanes fue
el que contenía los detalles sobre el desembarco anglo-americano en África,
pero que manifestaron que ""desafortunadamente, llegó demasiado tarde, por culpa
del correo."" La Abwehr decidió utilizar equipos de radio para las futuras
comunicaciones.
Las actividades de Garbo forzaron a los alemanes a revelar varios de sus
verdaderos agentes en la inteligencia británica y en pago por sus servicios,
los alemanes le enviaron 340 mil dólares para los gastos que la red de Garbo
generaba.
El español logró convencer a su superior en la Abwehr, Karl Kuehlanthal, que
disponía de información de primera mano sobre los desplazamientos de las
fuerzas británicas y norteamericanas, hasta el punto de ser condecorado con la
Cruz de Hierro.
La principal operación, según el informe del MI5 fue el engaño sobre el
Desembarco en Normandía. Convenció a los alemanes de que las fuerzas aliadas
disponían de 77 divisiones y de 19 brigadas en la costa sur de Inglaterra, es
decir, un 50% más que la realidad. Para dar credibilidad a la idea de un
desembarco en el norte de Francia, los británicos hicieron flotar frente a las
costas de Dover barcos de aglomerado, construyeron puertos de cartón-piedra y
tanques de caucho.
La estrategia alemana estuvo basada en el desembarco en el Paso de Calais,
puesto que Garbo les convenció que el desplazamiento de tropas en Normandía era
sólo una operación de distracción. El Ejército de Patton, que sólo existía en
el papel, pensaba que desembarcaría en Calais.
Después de Normandía y a pesar de todo, los alemanes siguieron confiando en los
informes de Garbo. Uno de los informes que envió, daba cuenta de un enorme
depósito de armas en el sur de Londres que se intercomunicaba con un tren
subterráneo.
Después de la guerra, Pujol vivió con nombre ficticio en Venezuela por 40 años.
Con Nigel West escribió un libro titulado El Espía del Siglo donde relata todas
las peripecias de su vida como espía.