Los contactos interlingüísticos e interculturales han sido a lo largo de la histora, fuentes dinámicas en la evolución de las lenguas y culturas. La tendencia actual en el mundo es que estos fenómenos aumenten y se profundicen. Una situación de tales contactos ha sido la experiencia vivida por miles de refugiados que han sido perseguidos por razones políticas en sus países de origen y que luego han tenido que convivir largos períodos en países lejanos y con diferentes modos de vida. El presente estudio examina las consecuencias de la experiencia cultural y lingüística de 40 chilanos que vivieron exiliados en Suecia entre 12 y 20 años y que luego retornaron a su país. ¿Qué influencias suecas llevaron consigo y cómo las conservan? Es el interrogante que ha sido nuestro punto de partida. Como resultado presentamos las variaciones lingüísticas y socioculturales observadas en el corpus, conformado por las entrevistas realizadas a los retornados, en las cuales se confirman teorías anteriores y se originan referentes hacia nuevos desafíos.