En los años 60 K. Rahner hablaba de la necesidad de una "pericóresis permanente entre los tratados" de la dogmática, cuyo centro debía ser el misterio trinitario. En ello, el jesuita veía la condición necesaria para que el discurso trinitario saliese de su aislamiento y pudiese convertirse en el centro vital de la teología. Era la condición sine qua non para una teología trinitaria. ¿En qué medida ha tenido lugar esta "pericóresis entre los diversos tratados"? ¿Cuáles han sido los ámbitos de la teología más beneficiados por la inspiración trinitaria? ¿Es posible rastrear un hilo conductor entre los distintos capítulos teológicos? ¿Es posible hablar de progreso, coherencia y continuidad? ¿En qué medida se ha dado una inspiración trinitaria de la escatología? La fe trinitaria, ¿impregna y define claramente el discurso sobre la consumación de la historia humana y del cosmos? Dicho en breves palabras: ¿es trinitaria nuestra esperanza? En esta obra, el autor se propone acercarse a estas problemáticas dialogando con uno de los autores más significativos del siglo XX. En el pensamiento de Jürgen Moltmann encuentra una aportación creativa y sugerente en la que la escatología no es un simple apartado final del tratamiento dogmático, sino que aspira a ser la culminación de una teología trinitaria.