La fuerza muscular ya es entendida hoy en día como una cualidad fundamental para el mantenimiento de la salud y la mejora de la calidad de vida, especialmente entre la población sedentaria, además de uno de los pilares del rendimiento en el deportista de alto nivel. La aplicación en los últimos años de nuevas tecnologías, métodos y planteamientos en el entrenamiento de la fuerza muscular (estimulación neuromuscular mecànica -plataformas de vibraciones-, perturbación y entrenamiento funcional, entrenamiento excéntrico, terapia activa en dolor lumbar crónico, entrenamiento en enfermos crónicos, entrenamiento en personas mayores, utilización del medio acuático, aplicaciones del control de la potencia, intervención con corredores, aspectos metabólicos, etc.) ha supuesto una verdadera revolución, especialmente importante en las intervenciones realizadas con la población general. Ahora bien, a día de hoy, aunque existe suficiente información científica respecto a su potencial, sus aplicaciones, los riesgos asociados y/o los requisitos a cumplir para poder garantizar la seguridad durante su uso en el proceso de entrenamiento, ni los profesionales de las Ciencias del Ejercicio ni los propios practicantes conocen esta información, y en la mayoría de los casos se aceptan y se admiten como válidos mitos sin fundamento, que son además potencialmente peligrosos para muchos individuos. En este texto abordamos cada uno de estos apartados, tratando de identificar el potencial, requisitos y limitaciones para su aplicación sistemática y fundamentada en distintos grupos de población.