Incomprendido y atacado por casi toda la crítica de su tiempo, Enrique Jardiel Poncela conoce ahora, al amparo de la reivindicación de las vanguardias, un creciente reconocimiento. Su propósito era romper con las formas tradicionales de lo cómico, atadas a lo real y a lo verosímil. Frente a ello, Jardiel busca que en su teatro fluya de continuo lo inverosímil: "en el patio de butacas -decía- la vida cotidiana con su aburrimiento; en la escena, la fantasía renovada". Por ese camino logró superar el naturalismo estrecho del teatro español y su casticismo; liberó el lenguaje, casi siempre ligado a actores tipificados, y aportó a la escena un humor, de raíz intelectual, que sirve de conductor al absurdo lógico. María José Conde Guerri, profesora de Literatura Española de la Universidad de León y especialista en la obra de Jardiel, estudia aquí ELOÍSA ESTÁ DEBAJO DE UN ALMENDRO y LAS CINCO ADVERTENCIAS DE SATANÁS, dos textos en los que, sobre el fondo de una crisis social, brilla el ingenio libre de un revolucionario artístico.