No siempre las cosas salen como las tenemos planificadas y Alex lo sabía perfectamente. A pesar de ser uno de los abogados más importantes de la ciudad, era consciente de que su suerte podía cambiar en cualquier momento. Su condición de letrado le procuraba una estabilidad que contrarrestaba con su otro trabajo, aquel para el que había nacido, y es que pocos tenían sus habilidades para matar. Después de su paso por el ejército y con un par de buenos trabajos a su espalda, era el sicario al que recurrían los más importantes e influyentes poderes de la ciudad. Su último trabajo: acabar con un importante empresario. El inspector jefe Sánchez y la subinspectora Patricia Gómez cogerán las riendas del caso de Alex, pero antes de empezar tendrán que hacer frente a otros dos asesinatos muy cerca de su cadáver: el del empresario al que Alex debía ejecutar y el de su socio. Los agentes deberán ponerse manos a obra de inmediato y resolverlo tan rápido como les sea posible: la muerte de los dos socios junto con la de Alex pondrá nerviosa a mucha gente importante y hará que se remuevan los cimientos de la ciudad.