El reconocimiento de la condición divina de Jesús entre sus discípulos es uno de los fenómenos más fascinantes y llamativos del cristianismo naciente. Este reconocimiento, que tuvo una expresión muy elocuente en las prácticas cultuales, merece ser estudiado en profundidad y con todo rigor, ya que resulta determinante a la hora de relacionar la investigación sobre el Jesús histórico y los comienzos del cristianismo. El autor presenta, en primer lugar, una panorámica del debate actual sobre los orígenes de la devoción a Jesús. A continuación, muestra con renovados argumentos cómo la temprana definición de la fe cristológica fue decisiva para la formulación de la imagen cristiana de Dios. Por último, explora las consecuencias que tuvo para los primeros cristianos la exclusividad que exigía la adhesión a Dios y al Señor Jesús en los diversos ámbitos de la vida. Este breve volumen continúa la investigación iniciada por Hurtado en su extensa obra Señor Jesucristo (Salamanca 2008) y aporta convincentes respuestas a muchas de las preguntas que plantea la temprana devoción a Jesús.