Por primera vez, un experimentado ejecutivo y apasionado golfista conjuga su saber en ambos campos para desentrañar las claves de la excelencia en la práctica de estas actividades. David K. Hurst analiza lo que los directivos que jueguen al golf quizá sepan de una manera intuitiva: que existe una profunda conexión sistémica entre ambas. Ni en el tee ni en el despacho el jugador se puede limitar a golpear la bola y esperar que ocurra el milagro. Debe anticiparse constantemente, plantear diferentes escenarios y tener en cuenta los aspectos negativos de cada decisión. A partir de ahí, todo estará en función de la ejecución.
Hurst pone en tela de juicio el actual modelo empleado tanto en la enseñanza del golf como en el management y plantea soluciones para salvar el abismo que con frecuencia separa el qué hacer en una determinada situación del cómo hacerlo. Mediante el análisis de los obstáculos que los golfistas y los directivos encuentran para perfeccionarse, Hurst nos muestra por qué los sistemas complejos son tan difíciles de modificar y cómo encarar su transformación de una manera sistemática.
Empleando los últimos conocimientos en campos tan diversos como las neurociencias, la inteligencia artificial, el arte y la antropología, Hurst logra que el lector comprenda mejor su propia trayectoria y aprenda de una forma más eficaz.