La importancia de la epigrafía para el historiador, el filólogo o el lingüista es algo que apenas necesita justificación por ser un testimonio directo y contemporáneo de lo que, en distintos periodos, se hablaba (o, mejor, se escribía) en un ámbito determinado. Esta obra recoge un corpus exhaustivo y documentado de la totalidad de la epigrafía griega de un territorio tan amplio como la Península Ibérica. No es nuestra península un territorio rico en textos epigráficos griegos debido al hecho de que la presencia griega en la misma no fue nunca ni muy numerosa ni muy intensa. Los motivos radican en las peculiaridades de la presencia griega en la antigua Iberia por lo que se refiere a los documentos prerromanos y, pasado el tiempo, al hecho de que Hispania formó parte de aquella parte del Imperio Romano que adoptó el latín como lengua que acabaría imponiéndose a todas aquellas que se habían hablado en su solar, incluyendo al griego, lengua propia del área emporitana. La obra de María Paz de Hoz García-Bellido viene a reparar la poca atención que Don Antonio García y Bellido, en su exhaustiva Hispania Graeca, prestó a la epigrafía griega, escasamente conocida en los años en los que redactó y publicó su obra, pero bastante más abundante que las referencias que da de dos o tres inscripciones en piedra y algún que otro texto menor. Una de las grandes virtudes de este trabajo es la completa y amplia información que de cada epígrafe proporciona la autora tanto relativa a las circunstancias y contexto de su hallazgo como referida, cuando ello es posible, a las particularidades de cada texto, acompañado siempre de su edición, restitución, traducción y análisis lingüístico a más de atinadas observaciones sobre la grafía. Todo ello enriquecido las más de las veces por fotografías casi siempre de calidad excelente que además de su utilidad para el estudioso permiten comprobar la akríbeia y el rigor de las lecturas propuestas por la doctora de Hoz. Además de eso, cada uno de los lugares donde han sido halladas las inscripciones es introducido por una útil referencia que permite contextualizar mejor los epígrafes allí aparecidos. El resultado alcanzado es sorprendente: un volumen de más de seiscientas páginas que cataloga 499 epígrafes, entre ellos 61 inéditos, sin contar falsos, dudosos y otros, que también encuentran hueco en estas páginas si bien, como corresponde, en lugar aparte. Aunque no es el primer catálogo de inscripciones griegas de la Península Ibérica que aparece, y la propia María Paz de Hoz es autora de uno de ellos, sí es el más completo y, sobre todo, el más detallado y el que más atención presta a cada pieza discutiendo y debatiendo las propuestas previas y aportando sus propias interpretaciones cuando, con frecuencia, no coinciden con las hasta ahora publicadas.