· Los bonobos hacen el amor y no la guerra: para no discutir juegan a esgrima con sus miembros. · Las iguanas se masturban justo antes de aparearse para que el acto dure menos en los entornos peligrosos. · Hay animales que llevan 40 millones de años sin sexo. · Algunas luciérnagas macho prefieren aparearse con farolas. · Los bracitos del Tyrannosaurus rex servían para sujetarse durante la cópula. · Las vaginas de los patos azulones hembra tienen trampas para controlar la efusividad de los machos. · Si «Buscando a Nemo» estuviera basada en hechos reales, el protagonista habría nacido hermafrodita, habría crecido como macho y habría llegado a practicar sexo con su padre. Todo esto, aunque parezca mentira, es cierto. Y también bonito. Como dice Jules Howard: «El sexo nos hace especiales. Es la clave del pasado de la vida. Y es también la clave de nuestro futuro». Por todo ello es importante aprender de él, de cómo y de por qué los animales (incluidos nosotros) lo necesitamos. Para sobrevivir y para vivir y entender la vida plenamente. «Sexo en la Tierra» nos explica, más allá de interesantísimas curiosidades, todo lo que quisimos saber sobre el sexo (animal). Y lo hace con la mirada empática, reflexiva, graciosa y tierna del buen zoólogo, del escritor lúcido y de la persona curiosa.